Campaña de desinformación. Por Tonatiuh Bravo Padilla.

La desmesura de la actual Administración del Estado de Jalisco hacia la Universidad de Guadalajara se está desbordando. Además de continuar renuente a entregar los recursos demandados por la Universidad para el cabal cumplimiento de sus funciones sustantivas -comprometidos como contrapartes institucionales de fondos federales ya recibidos- el Gobernador y sus subalternos han emprendido una intensa campaña de desprestigio que pretende minar el espíritu crítico al que están llamados los institutos de enseñanza e investigación. A continuación, algunos ejemplos de esta estrategia.

1. ¿Dónde está el dinero de la UdeG? A través de esta pregunta, el Gobierno estatal pretende hacer parecer a la Universidad como una institución que no rinde cuentas a la sociedad, lo cual es falso. A través de su portal electrónico de transparencia, la Universidad de Guadalajara muestra toda la información presupuestal: en qué y cómo invierte. Gracias a este portal, la Universidad de Guadalajara ocupa el primer lugar en transparencia y acceso a la información entre las Universidades públicas del País, según la consultora Aregional. Es cierto, no basta con esto, los universitarios debemos ir más allá en el tema de la información.

2. El Centro Cultural Universitario (CCU) desvía recursos destinados a matrícula. El CCU y las funciones de enseñanza son entidades presupuestales que no compiten entre sí. Si fuera cierto que los recursos destinados al CCU significaran sacrificio de inversión en infraestructura educativa, el Gobierno Federal simplemente no lo respaldaría con las asignaciones presupuestales. Además, nunca el Gobierno del Estado ha sustentado esta posición en el Comité Técnico del Fideicomiso del cual forma parte desde el 2001.

De hecho, el Plan de Desarrollo Estatal de Jalisco elaborado por la actual Administración, reconoce a la Universidad de Guadalajara como uno de los principales promotores culturales de la región y exalta proyectos como la Feria Internacional del Libro y la Muestra Internacional de Cine, principalmente.

3. Este es el Gobierno que más ha dado a la Universidad. Igualmente falso. La realidad es que entre 2006 y 2010 el presupuesto irreductible del Estado ha crecido en 45 por ciento, mientras que sus aportaciones ordinarias a la Universidad de Guadalajara han crecido tan sólo 23.5 por ciento en el mismo periodo.

Además, la proporción del presupuesto estatal destinado a la UdeG por Administraciones anteriores ha sido mayor. Como ejemplo, mientras en el periodo 2001-2006 el subsidio estatal a la UdeG representó 5.29 por ciento del total, en el periodo que va del 2007 al 2010 apenas es de 4.82 por ciento. Poco a poco se hace que los recursos a educación superior pierdan peso frente al monto global del presupuesto estatal.

4. El dinero que entrega el Gobierno del Estado a la Universidad es del pueblo. Es cierto en sentido abstracto y genérico, pero se usa para encubrir que el recurso entregado a través de cheques proviene del Gobierno Federal en razón de los proyectos o indicadores de la UdeG. El apersonamiento del propio Gobernador y otros funcionarios a la Rectoría de la UdeG para la entrega de cheques no es más que una acción mediática y publicitaria.

El mecanismo institucional exige que la Federación deposite los fondos en la Tesorería del Estado y que de ahí sean transferidos a la Universidad. Las peticiones de aumento presupuestal se refieren a recursos que el Estado tendría que aportar de su propio presupuesto.

5. La Universidad se conduce de forma discrecional y política. Durante los últimos años y gracias al esfuerzo de toda su comunidad, la UdeG ha consolidado una serie de indicadores de calidad, acreditados por instituciones y organismos externos, que la ubican como uno de los primeros centros educativos del País.

Asimismo, desde hace 19 años las cuentas universitarias son revisadas por el despacho Salles Sainz Grant Thornton, cuyos resultados son entregados a la SEP y al Congreso del Estado y la Cámara de Diputados federal en forma oportuna. Por si esto fuera poco, del año 2000 a la fecha, la UdeG ha sido auditada en cuatro ocasiones por la Auditoría Superior del Estado de Jalisco y/o la Auditoría Superior de la Federación.

El clima de descalificación y denostación no resolverá el diferendo, por el contrario, ha enrarecido el ambiente y aleja las posibilidades de entendimiento. La solución puede y es deseable que se dé a partir de una mecánica directa, explícita y sin rodeos, pues sólo falta que resulte afectada -aún más- la educación superior en Jalisco.

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